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La política...televisada

"..mi no deseado presente se desenvuelve, me desenvuelve, como no puedo controlarlo, me limito a comentarlo" 
Ciorán." Breviario de podredumbre" 

Este es el momento de la política, de hablar de política, como hasta hace poco lo era de la economía. Ya pasó de moda hablar de la prima de riesgo, el bono a equis años, rescate si, rescate no, o de cuando se pasaría por aquí la troika , todo ello "desde el punto de vista del crecimiento y el empleo" claro. Ahora el tema candente es la política en general, y en particular la corrupción de los políticos, (entre otros) que, de repente, hace que al ciudadano, al periodista, al economista, al tertuliano y al politólogo,  le salgan granos y se le pongan los pelos como escarpias, al grito de !transparencia! ¡el que la hace la paga! ¡que se hagan el harakiri y el ikebana!,  tal es la sorpresa que se han  llevado inocentes como vivían de que tal desmesura pudiera estar  sucediendo. Las respuestas son casi absolutamente del mismo tenor, porque los votos mandan, y unos más reticentes que otros, casi todos se afanan en desnudarse lo que haga falta a golpe de propuestas y regulaciones que a ver quien les echa un galgo dentro de poco. 

 ¿Donde van los años de charlar de la optimista globlalización, de la preocupación por el ecologismo, el cambio climático? ¿Dónde las conversaciones sobre la hipoteca, mi coche "est  tres confortable et rapide", los viajes a Cancún y Varadero, las interminables carreras universitarias de los interminables hijos? A quien le interesaba la política, la corrupción, la justicia, la sanidad, la educación, asuntos que venían "de serie" y aburrían hasta a las moscas?. Y ahora,.. pues  que no hay quien se separe del televisor,porque a poco que te despistes te has perdido la última. Estamos en un sin vivir pero no se puede decir que en un sin vivir aburrido, esto es un show, a mi personalmente se me parece mucho al Show de Truman. 

No voy a hablar de política porque la política es otra cosa distinta a lo que nos está sucediendo. Mas allá del telón de este escenario donde se desarrolla la trama de este show, alguien está realizando actos políticos, pero  para conocerlos  es necesario leer los boletines oficiales, esos donde se plasman las autenticas ideologías de los dirigentes de turno  y sus consecuencias, Voy a hablar de la política televisada, que es lo que verdaderamente estamos viviendo, no nos engañemos,  y que ha conseguido despertar más interés del que nunca podría imaginarse, extendiendo las audiencias al común de los ciudadanos que asisten embelesados a la variedad de informativos, tertulias, magazines y hasta programas de humor. Se analiza en  detalle en una verborrea inacabable, se teoriza sobre la marcha y según la marcha,  se hace acopio de datos hasta la saciedad, se repiten imagenes y declaraciones hasta la nausea, incluso  vuelan por el aire los cuchichos arrasando  las dignidades, ventilando las intimidades, sin pudor.  En definitiva, alimentado por las bajas pasiones el personal parece haber salido de la anestesia y se ha inaugurado el tiempo del gran acusador. 

¿Estoy negando acaso el derecho a la indignación por la corrupción descubierta? (casualmente, ahora) Nada mas lejos, estoy denunciando este repentino interés, este interesado interés, por comportamientos, que no, por no denunciados, no existieran desde hace mucho, por no decir todo, el tiempo,  y ante los cuales los mismos que ahora se manifiestan  y acusan tan panchos,  mostraron la más absoluta pasividad y por lo tanto complicidad.  Y no me estoy refiriendo precisamente al grupo de actores jóvenes que irrumpen en el show, ellos son posiblemente los únicos con derecho a hacerlo y al rebufo de cuya demanda se desarrolla esta tragicomedia, esta ópera bufa, que si no fuera tan triste podría convertirse en sainete. La política televisada es otra forma de corrupción, es degeneración. Y no esdedesear. 

En próximas entregas hablaré de los actores/as.



"Inflacción de las cosas, deflacción de los cerebros". Emilio Lledó



En el año 1982 se publicaba " La memoria del logos. Estudios sobre el diálogo platónico" del filósofo hoy premiado con el Nacional de las Letras Emilio Lledó, al que admiro profundamente. La lectura de este ensayo es, para mi de esas cuyo disfrute nunca se agota, que tienen esa increible peculiaridad de parecer siempre inédita, porque su mensaje es tan lúcido que revalida la sensación de esclarecimiento y liberación cada una de las veces. Un ejemplo de esto que digo podría ser este texto del capítulo I: El prisionero de la caverna, donde realiza las posibles lecturas de un mito de la cultura clásica, el Mito de la Caverna, con el que Platón simbolizaba  la condición humana. Gracias a las lecturas que Lledó nos acerca podemos ver como el famoso mito no ha envejecido, quizás porque la condición humana se resiste a mudar y la historia, como pensaba Walter Benjamin: aunque hecha eternamente por hombres, lo es sin conciencia ni plan, como en un sueño. A una historia como la nuestra, la de nuestra condición humana, solo le cabe repetirse, lo estamos viendo en la rabiosa  (en varios sentidos) actualidad de nuestro país, actualidad a la que le van como anillo al dedo estas explicaciones del gran filósofo Emilio lledó.  Esdedesear


 ...una lectura social. En el mito (se refiere al Mito de la Caverna) se nos habla del acomodo que los prisioneros satisfechos han ido haciéndose en la caverna. Aceptando la sombra como realidad y negándose a romper su integración con la nada, cabe llenar el vacío y la necedad con el cultivo de la sumisión al engaño. "Y si hubiera entre ellos algunos honores y recompensas, que concedieran los unos a aquellos otros que por discernir mejor las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar lo que iba a suceder"

Es posible que, como se ha escrito, Platón tuviese presente la clase política griega y pretendiese retratar en los prisioneros que se intercambian honores, a los hombres que, en la rueda de los compromisos, acaban venciéndose del lado en el que los vínculos al magma social son más fuertes, y menos creadores los estímulos.

Subyace también a la escenografía platónica una lectura psicoanalítica. Es muy posible que este mito sin precedentes en la tradición griega, estuviese influido por el orfismo y por su interpretación del alma y su destino. Por supuesto que la caverna remite también a una hermenéutica individual en la que se da un paulatino proceso de autoconocimiento. Cargados de imágenes reflejadas, sin que la conciencia pueda asumir otra cosa que el reflejo, sin poder saltar sobre la sombra impuesta la clausura del prisionero se convierte en condena   Aqui ya no queda el alivio de la estupidización compartida. Los muros de la indidualidad, de la particular y privadísima experiencia no pueden saltarse. Solo es posible la transferencia hacia aquellos que comportan una cierta esperanza de liberación en la claridad; en el contexto de luz en el que se destacan los olvidados contornos de las cosas.

 Hay también otras posibles lecturas del mito. Una de ellas podríamos llamarla lectura televisiva. No hay que hacer grandes sutilezas hermenéuticas para descubrir en el montaje de la caverna, la esencia misma de lo que puede constituir la desinformación en la sociedad contemporánea y, concretamente en uno de sus medios más poderosos: la televisión. 

Aunque no fuese por otra causa, nadie podría negar la modernidad del mito que parodia, certeramente, el más perfecto esquema de las relaciones establecidas entre el espectador pasivo y el señor de los objetos, del tiempo y del poder. Los paseantes de realidades engañosas, los programadores de la violencia y la falsedad, como en el mito, siguen en pie luchando hábilmente por convertir el mundo en una gran caverna frente a la que colocarán su inmensa pantalla de sombras. Pero precisamente, porque tenemos cada día más clara conciencia de este fenómeno de la subcultura, son absolutamente inútiles aquí las palabras, las interpretaciones. Habría que alcanzar la verdadera praxis creadora que hiciera imposible esa manipulación. 
   
En las páginas posteriores a aquellas en las que Platón describe el mito, en los libros VIII y IX de la República, se hace un análisis lúcido de los regímenes políticos: monarquía, oligarquía ,timocracia, democracia, demagogia, tiranía y de la corrupción que permite que se pase de unos otros cuando al pueblo, al demos, no se le da una educación verdadera. La lectura política del mito nos hace suponer que esta dura e inevitable dialéctica de la corrupción se engendra en la misma atmósfera de la caverna. Las alternativas políticas, que pueden ser creadoras y revolucionarias, admiten, con todo, que es posible, desde alguno de estos regímenes, cambiar la realidad: hacer que no sean sombras las que en la caverna anidan, y que no sean prisioneros sus habitantes. (... sigue una lectura trágica) y finaliza:
   
 La muerte en la caverna del mundo es la muerte en la posibilidad. Para convertir la temporalidad inmediata en memoria y proyecto,, se necesita algo extraordinariamente creador; la lucha decidida, revolucionaria, desde presupuestos absolutamente nuevos, contra las cavernas, contra los muros. Ello se logra con el arma sutil y mal usada de una palabra simple: Paideia, educación. Porque mucho más peligrosa que la inflación de las cosas, es hoy la galopante deflación de los cerebros."
  





Cómplices

FERNANDO SAVATER
Urbanidad... y algo más
FERNANDO SAVATER 02/02/2010


"Respecto a la semi-abortada asignatura de Educación para la Ciudadanía hay diversos equívocos, algunos malintencionados (los que pretenden que es un lavado de cerebro manipulado por la malvada progresía) y otros ingenuos, como el que la supone una serie de normas de urbanidad para el comportamiento cívico. Este último malentendido ya no me parece tan grave como antes. Incluso empiezo a pensar que apunta hacia algo que también es necesario reforzar en nuestra España, donde los malos modos se confunden con la campechanía... como ya denunció Larra hace casi dos siglos.
Los miramientos en el trato no son remilgos sino una exigencia de la convivencia civilizada
Los miramientos en el trato y la cortesía no son remilgos superfluos sino una exigencia de la convivencia civilizada. No sólo constituyen una muestra de respeto al prójimo sino, en ciertos casos, la señal de que se valora la dignidad institucional del puesto público que se ocupa. En una de sus crónicas londinenses Julio Camba asegura que cuando un viandante pide alguna información a un bobby, el funcionario contesta puntualmente con la mirada perdida en la lejanía: "no le responde a uno, sino a la sociedad". Esta observación humorística del gran periodista gallego encierra también una lección. Ciertas funciones implican una austera impersonalidad, que no es rígida altanería sino la debida formalidad de quien se sabe de servicio. Lo familiar y jocoso por parte de quienes encarnan el poder legal democráticamente concedido puede ser a veces un atropello.
De modo que no comparto la satisfecha sonrisa con que algunos han recibido el desparpajo "a la pata la llana" de la juez Ángela Murillo, presidenta del tribunal que juzga a Arnaldo Otegi por enaltecimiento del terrorismo. "Por mí como si quiere beber vino", "ya sabía yo que iba a responder eso", "la Sala no ha entendido ni papa", etcétera, já, já, me muero de la risa. Estos modales ya le han granjeado un club de fans en Internet, donde cualquier grosería o insensatez logra de inmediato sufragio positivo. Y la derechona la ha proclamado heroína "feminista" por ser más chula que Otegi. Con la diferencia de que Otegi es chulo por su cuenta y riesgo, mientras que otras chulerías lo son a costa de la magistratura que ejercen.
Algunos se frotan las manos: "¡va a darle su merecido a Otegi!". En efecto, ése es el papel de un tribunal de justicia: dar al acusado su merecido. Es decir, lo que merece de acuerdo a la ley, tanto sea un castigo penal como la libre absolución. Aunque él mismo no lo entienda así (y por lo visto tampoco otros), Arnaldo Otegi es un ciudadano español con derechos y garantías idénticas a las que tenemos ustedes o yo. Entre ellas está la de ser juzgado de lo que se le acusa de modo imparcial. No dudo que la señora Murillo sea todo lo imparcial que requiere su cargo, pero me atrevo a recordarle que también debe parecerlo. Y cierto retintín populachero o irónico puede hacer que ya no lo parezca. A ver si ahora resulta que la dignidad del tribunal no es compatible con lucir hiyab pero sí con los modales tabernarios...
La urbanidad no es hacer zalemas, sino comportarse de acuerdo a la conveniencia de dónde en cada caso se está. Y si se ejerce autoridad o se representa a una institución que decide sobre la vida de los ciudadanos, es particularmente necesaria. No le vendrá mal a la desenvuelta magistrada un repaso del libro Ejemplaridad pública (ed Taurus), de Javier Gomá."

Publicado en El País.

El artículo de Savater, cuyas palabras suscribo en su totalidad, me sirve para canalizar, con urbanidad, los sentimientos de indignación que tengo desde que conozco la retahila de estupideces y agravios que salen de la boca de una política de alta cuna y baja estofa, presidenta de una institución que representa a los ciudadanos de la capital del país que no se la merecen (o muchos sí, que es peor)y desgraciada compatriota de todos nosotros. Compatriota por casualidad, por nacimiento azaroso, porque estoy segura de que no lo es por dignidad y buen gobierno, que es lo que se espera de los políticos profesionales en los que confiamos y a los cuales pagamos en un contrato social bastante olvidado por algunas ideologías.

Me avergüenzo de tener unos representantes de esta calaña, en todas las instituciones, y no olvidemos que detrás de su lenguaje está su catadura moral, su concepción de la "res pública" y de la responsabilidad de sus cargos. Pero lo que más me indigna es este estado de anestesia en el que se encuentra la ciudadanía, la intelectualidad, los medios de comunicación, los sindicatos, la sociedad en general, que por desgracia, incluye a los jóvenes, naturales revolucionarios y depositarios de los ideales que cambian los rumbos de los países. Éstos, seguramente expiando la culpa de los desmanes paternos, sacrifican sus vidas en formaciones que se eternizan, trabajos precarios y alienantes, o esforzados voluntariados con los que parchean las infumables políticas gubernamentales. Todos somos cómplices de este despropósito. ¿Por qué?

La oportunidad perdida

"Como ya he dicho alguna vez, todos estábamos unidos por el lazo del mar, que, además de mantenernos juntos los corazones pese a largas ausencias, tenía el efecto de hacernos tolerantes a las historias, incluso a las convicciones ajenas."
De "Alma negra" por Joseph Conrad.


Cuando, en la plácida mañana de ayer domingo, leía este fragmento de Conrad, referido a la amistad entre marinos, me pareció una forma bella de definir la relación, ya sea real o imaginaria tanto da, que nos vincula afectivamente en esta particular vida literaria de la red. Unidos por el lazo del mar... nos hacemos tolerantes a las historias, incluso a las convicciones ajenas. No sabía entonces que sobrevendría, en la noche, un nuevo envite con el que poner a prueba la capacidad, implícita en el amor por la libertad y su materialización en la democracia, de tolerancia por las convicciones ajenas. Y lejos de hundirme en las procelosas aguas del océano de las diferencias, seguí a flote, aferrada a los ya escasos pero cada vez más sólidos troncos de mi balsa, inasequible al desaliento.


"Intérprete autónomo" era el nombre que daba Váttimo, como os comenté hace tiempo, a la condición necesaria del hombre en una sociedad confusa. Así me siento, pero no nihilista, porque he de confesaros que, ante la urna de mi colegio electoral se me siguen subiendo las lágrimas a los ojos en el momento de votar. Siento en la garganta emoción y rabia al mismo tiempo. El símbolo de la conciencia ciudadana realizándose y la rabia de una nueva decepción en ciernes. Pero en el camino se abre paso, de una u otra forma, la fuerza de la verdad, aunque no nos lo parezca, entre la poderosa bruma.

"Es precisamente la gente que llamamos intelectual la que tiene la inteligencia y las agallas para permitirse que la imagen de uno mismo sea flexible. Esto no es tan fácil y mucha gente no lo logra. La diferencia entre los intelectuales y las masas es la diferencia entre la gente que puede mantener varios vocabularios en la cabeza al mismo tiempo y la gente que solo puede mantener uno."
De "Cuidar la libertad" Entrevistas sobre filosofía y política con Richard Rorty.

Rorty representa un modelo de pragmatismo de pensamiento con el que me gusta identificarme. Una búsqueda de conciliación entre creencias e intereses personales pero en dirección siempre a la verdad en sentido platónico y el intento de que lo hallado, los resultados, sean eficaces y útiles, para la persona y la sociedad. "Si no hay un movimiento de izquierdas con propuestas concretas de solución que se puedan presentar como alternativa en la esfera pública, entonces dejamos el campo abierto a los demagogos" Dice, en otro momento. Propuestas, concretas, de izquierdas... Se ha perdido la oportunidad, en mi opinión, ahora cúanto cabe esperar de nuevo?. No creo que mucho tiempo, me pregunto qué votaron los jóvenes. De ellos dependen las próximas elecciones. Esdedesear.