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"Inflacción de las cosas, deflacción de los cerebros". Emilio Lledó



En el año 1982 se publicaba " La memoria del logos. Estudios sobre el diálogo platónico" del filósofo hoy premiado con el Nacional de las Letras Emilio Lledó, al que admiro profundamente. La lectura de este ensayo es, para mi de esas cuyo disfrute nunca se agota, que tienen esa increible peculiaridad de parecer siempre inédita, porque su mensaje es tan lúcido que revalida la sensación de esclarecimiento y liberación cada una de las veces. Un ejemplo de esto que digo podría ser este texto del capítulo I: El prisionero de la caverna, donde realiza las posibles lecturas de un mito de la cultura clásica, el Mito de la Caverna, con el que Platón simbolizaba  la condición humana. Gracias a las lecturas que Lledó nos acerca podemos ver como el famoso mito no ha envejecido, quizás porque la condición humana se resiste a mudar y la historia, como pensaba Walter Benjamin: aunque hecha eternamente por hombres, lo es sin conciencia ni plan, como en un sueño. A una historia como la nuestra, la de nuestra condición humana, solo le cabe repetirse, lo estamos viendo en la rabiosa  (en varios sentidos) actualidad de nuestro país, actualidad a la que le van como anillo al dedo estas explicaciones del gran filósofo Emilio lledó.  Esdedesear


 ...una lectura social. En el mito (se refiere al Mito de la Caverna) se nos habla del acomodo que los prisioneros satisfechos han ido haciéndose en la caverna. Aceptando la sombra como realidad y negándose a romper su integración con la nada, cabe llenar el vacío y la necedad con el cultivo de la sumisión al engaño. "Y si hubiera entre ellos algunos honores y recompensas, que concedieran los unos a aquellos otros que por discernir mejor las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar lo que iba a suceder"

Es posible que, como se ha escrito, Platón tuviese presente la clase política griega y pretendiese retratar en los prisioneros que se intercambian honores, a los hombres que, en la rueda de los compromisos, acaban venciéndose del lado en el que los vínculos al magma social son más fuertes, y menos creadores los estímulos.

Subyace también a la escenografía platónica una lectura psicoanalítica. Es muy posible que este mito sin precedentes en la tradición griega, estuviese influido por el orfismo y por su interpretación del alma y su destino. Por supuesto que la caverna remite también a una hermenéutica individual en la que se da un paulatino proceso de autoconocimiento. Cargados de imágenes reflejadas, sin que la conciencia pueda asumir otra cosa que el reflejo, sin poder saltar sobre la sombra impuesta la clausura del prisionero se convierte en condena   Aqui ya no queda el alivio de la estupidización compartida. Los muros de la indidualidad, de la particular y privadísima experiencia no pueden saltarse. Solo es posible la transferencia hacia aquellos que comportan una cierta esperanza de liberación en la claridad; en el contexto de luz en el que se destacan los olvidados contornos de las cosas.

 Hay también otras posibles lecturas del mito. Una de ellas podríamos llamarla lectura televisiva. No hay que hacer grandes sutilezas hermenéuticas para descubrir en el montaje de la caverna, la esencia misma de lo que puede constituir la desinformación en la sociedad contemporánea y, concretamente en uno de sus medios más poderosos: la televisión. 

Aunque no fuese por otra causa, nadie podría negar la modernidad del mito que parodia, certeramente, el más perfecto esquema de las relaciones establecidas entre el espectador pasivo y el señor de los objetos, del tiempo y del poder. Los paseantes de realidades engañosas, los programadores de la violencia y la falsedad, como en el mito, siguen en pie luchando hábilmente por convertir el mundo en una gran caverna frente a la que colocarán su inmensa pantalla de sombras. Pero precisamente, porque tenemos cada día más clara conciencia de este fenómeno de la subcultura, son absolutamente inútiles aquí las palabras, las interpretaciones. Habría que alcanzar la verdadera praxis creadora que hiciera imposible esa manipulación. 
   
En las páginas posteriores a aquellas en las que Platón describe el mito, en los libros VIII y IX de la República, se hace un análisis lúcido de los regímenes políticos: monarquía, oligarquía ,timocracia, democracia, demagogia, tiranía y de la corrupción que permite que se pase de unos otros cuando al pueblo, al demos, no se le da una educación verdadera. La lectura política del mito nos hace suponer que esta dura e inevitable dialéctica de la corrupción se engendra en la misma atmósfera de la caverna. Las alternativas políticas, que pueden ser creadoras y revolucionarias, admiten, con todo, que es posible, desde alguno de estos regímenes, cambiar la realidad: hacer que no sean sombras las que en la caverna anidan, y que no sean prisioneros sus habitantes. (... sigue una lectura trágica) y finaliza:
   
 La muerte en la caverna del mundo es la muerte en la posibilidad. Para convertir la temporalidad inmediata en memoria y proyecto,, se necesita algo extraordinariamente creador; la lucha decidida, revolucionaria, desde presupuestos absolutamente nuevos, contra las cavernas, contra los muros. Ello se logra con el arma sutil y mal usada de una palabra simple: Paideia, educación. Porque mucho más peligrosa que la inflación de las cosas, es hoy la galopante deflación de los cerebros."
  





Reflexión electoral: Emilio LLedó, alto y claro.

ESTADOS DE ÁNIMO


“No es tolerable que el imperio de la indecencia domine en la política”

A Emilio Lledó le inquieta dejar la política "en manos de oportunistas e indecentes"

El filósofo no ve más solución "que en la cultura"

Emilio Lledó. Filósofo. Académico. Autor de Memoria de la ética. En esta conversación cuenta su estado de ánimo ante el momento que vivimos.

Pregunta. Este es un país "entristecido y luminoso", decía usted el domingo en EL PAÍS Semanal.

Respuesta. Es un país mucho más decente y luminoso por la sabiduría de la gente. Esta sabiduría tiene que ponerse en práctica. No podemos dejar el país en manos de una política con una parte regida por oportunistas y por indecentes. Que el imperio de la indecencia domine en la política es intolerable; ese imperio es fruto del dominio de ciertas oligarquías que piensan que lo único que hay que hacer es ganar dinero y crear ideologías aptas para que esa oligarquía siga con poder...

P. Usted cita a Machado hablando del país luminoso...

R. Sí, hablaba del país empobrecido por una clase media entontecida por la ignorancia y por el pragmatismo eclesiástico. Contra eso oponía esa luminosidad, la decencia popular... Eso no lo podemos corromper.

P. ¿La solución?

R. La solución no la veo más que en la cultura. Cultura entendida como educación en la libertad, en la verdadera sabiduría... Me he quedado sorprendido por el anuncio de una universidad que decía que disponía de cafetería de lujo y pistas de pádel... Es vergonzoso que esto sea posible y que se anuncie como atractivo para los jóvenes. Esa actitud es la catástrofe para un país.

Poner técnicos al frente de la economía es un error, y se paga”

P. La campaña electoral ha coincidido con dos cambios de gobierno en Europa, ambos a favor de personalidades del mundo económico. ¿Cómo lo ha vivido?

R. En La República de Platón y en La política de Aristóteles se dice que la salvación de los Estados, de los pueblos y de las naciones se da a través de la decencia y de la cultura. Esta no es una frase antigua, vale hoy. ¿Cómo va a defender lo público alguien que solo está pensando en lo privado y en lo de sus "amigantes"? Y me gusta esa palabra, "amigantes", porque consuena con mangante.

P. Este país es como un enfermo sometido a una enorme operación descarnada. ¿Con qué ánimo lo ve usted?

R. Lo que percibo es desconcierto y dolor. Quizá no mucho dolor, porque nos están haciendo esta operación con anestesia.

P. ¿En qué consiste la anestesia?

R. En que lo que prima en este mundo es la economía, que hay que solucionarla y que por lo tanto hay que poner técnicos al frente de esa economía. Estos técnicos salvadores han sido abogados o economistas de grandes empresas puramente económicas, empresas que solo persiguen el poder económico. Es una equivocación. A la larga, y no a la muy larga, más bien a la corta, se paga.

P. Una de las lesiones que presenta ese cuerpo sometido a una operación quirúrgica ha sido el proyecto de Educación para la Ciudadanía. ¿Cómo ha visto la burla a la que se sometió esa iniciativa?

R. Propia de auténticos ignorantes y aprovechados. La Educación para la Ciudadanía es una forma de crear ciudadanos libres, pero las sectas no pueden aceptar que haya ciudadanos libres. Educación para la Ciudadanía, o como la llamen, provoca la educación libre y laica y es uno de los elementos fundamentales del progreso democrático.

Me preocupa una tercera guerra europea, una guerra económica”

P. La política también está gravemente lesionada. ¿Qué consecuencias tiene?

R. La consecuencia más grave es la de ir alimentando poco a poco el imperio de una dictadura, una dictadura económica. Confío en que ya no sea posible una dictadura militar, pero hay formas de dictadura que sin disparar tiros dominan también. Creo profundamente que el desprecio a la política es un error garrafal porque es un desprecio interesado. Lo que quieren hacer es una política determinada donde nadie pueda hacer política.

P. El político sale aún peor parado que la política...

R. La política es la función esencial de la vida colectiva, y el político es algo esencial también en la dirección y en la orientación de esa vida colectiva. Pero tiene que ser honrado y no ponerse una máscara, sino dar la cara —eso también lo dice Machado—. Dar la cara por unos ideales que ese partido debe defender de verdad. El ataque a la política, la burla no digamos, se nos clava en la cabeza como si todos los políticos fueran unos sinvergüenzas. Y eso es un error... La política es el más arquitectónico de los saberes, decía el gran teórico clásico de la política, porque los comprende a todos... Burlarse de la política tiene algo de dictatorial, de tiránico... Muchas veces me digo, no sé si con injusticia, que estamos en una oligarquía democrática y que el franquismo ha seguido bajo distintas formas, con intereses oligárquicos.

P. ¿Dónde lo ve?

No podemos votar a los corruptos, a no ser que estemos ya corrompidos”

R. Antes de decirlo, déjeme decir que este país ha avanzado. Fíjese en Salteras, al lado de Sevilla; ahí iba yo en los años 40. El avance ha sido espectacular... El país ha mejorado en cultura, en decencia... Creo que el franquismo está de capa caída, pero tiene todavía fuerza en ciertas manifestaciones de algunos políticos, con una ideología que coincidiría con la se mantuvo con Franco...

P. ¿En qué lo ve?

R. En la defensa de la enseñanza privada, en el descrédito de lo público, en el desprecio de la igualdad de oportunidades... ¿Dónde está la libertad si hay desigualdad?

P. ¿Y Europa no es parte de ese cuerpo enfermo?

R. Ha sido una luz, un poder intelectual... Por eso me preocupa que ahora pueda surgir una tercera guerra europea solapada, ya sin cañones, una guerra económica. Un nuevo afán de dominio, solapado, porque eso son las guerras, lo que destruiría las posibilidades que sin duda se abren para una Europa unida...

P. Hablaba de un país entristecido y luminoso. ¿Hay una luz?

R. Creo que en nuestro país hay una sabiduría latente y emergente que me llena de optimismo, pero no podemos permitir de ninguna manera que se corrompa el político. No podemos votar a los corruptos a no ser, y eso sería la muerte de un país, que nosotros estemos ya tan corrompidos que no solo no los distingamos sino que queramos que el corrupto mande para engancharnos a su chaqueta. Sería catastrófico.

El beneficio.

"La parte más importante de una vida que empieza a saber se desarrolla en la escuela, es la primera experiencia pública de un joven(...) Solo ama con un amor desbordante a aquellos que no han sucumbido al utilitarismo y difunden su saber por lo que en sí mismo vale, a estos rinde homenaje cuando reacciona rápidamente a sus estímulos, a estos les da las gracias interminablemente por su interminable entrega."


"Porque creo que es propio del saber el querer mostrarse y no contentarse con una simple existencia oculta. El saber mudo me parece peligroso, pues se vuelve más y más mudo y al final secreto y luego acaba vengándose por ser secreto. El saber que se manifiesta comunicándose a los demás es el buen saber, que sin duda aspira a ser reconocido pero no se vuelve contra nadie. El contagio que parte de los maestros y los libros busca extenderse. En esta fase inocente no se pone en duda a sí mismo, echa raíces y se propaga, irradia y quiere ampliarlo todo al tiempo que él mismo se amplía. Se le atribuyen las cualidades de la luz, la velocidad con la que desea expandirse es la máxima, y se lo honra dándole el nombre de ilustración. En esta forma lo conocieron los griegos antes de que Aristóteles lo comprimiera y encasillara. No cabe pensar que fuera peligroso antes de ser fraccionado y almacenado. Heródoto me parece la expresión más pura de un saber que era inocente porque tenía que irradiar. Sus divisiones son las de los pueblos que hablan y viven de manera diferente. él no refuerza las divisiones cuando habla de ellas sino que crea en sí mismo espacio para lo más variado y crea espacio en los otros, que se enteran de todo ello a través de él. En cada joven que oye hablar de mil cosas se oculta un pequeño Heródoto, y es importante no intentar elevarlo por encima de éste, porque se espera de él que se limite a un oficio."
De Historia de una vida. La antorcha del oído" Por Elías Canetti.



Me voy de vacaciones, pero antes quiero expresaros mi enorme agradecimiento por estos meses de compañía, siento que me faltan palabras. Cuando inicié este blog no tenía pretensión alguna más allá del sentido de su propio título: "es de desear" por lo que lo había empezado. El deseo de manifestarme, de comunicarme, que luego descubrí que tiene mucho que ver con el contenido de los fragmentos de Canetti que arriba transcribo. Un deseo totalmente inocente, alejado de toda utilidad, un brindis al sol, como no podría ser de otra forma. He aprendido muchas cosas de esta experiencia que he ido analizando paralelamente a vivirla. Ha sido muy reconfortante en muchos sentidos porque como dice mi amigo Chiqui (http://navegare--preciso.blogspot.com/ ), obliga a hacer "caligrafía" espiritual. Una dimensión de la escritura que no conoces hasta que la pones en juego.

"Las dos aspiraciones fundamentales de la vida humana y por las que, tal vez, merezca que siga ésta fluyendo "entre el silencio de las esferas", son la inteligencia y el amor. Y ello es lo que motiva ese equilibrio que los griegos llamaron eudaimonía-felicidad-. Pero ambos términos han sufrido un deterioro tan creciente, y sus vetas se han cuarteado tanto en la costra de los social, que el mencionarlas arrastra inevitablemnte un regusto humanista y el aire de una consoladora y romántica utopía. Y sin embargo, el miedo a ciertas palabras, metido en las articulaciones de una sociedad deformada, ha de vencerse únicamente con la voluntad decidida de pronunciarlas y, por supuesto, con la de pensar y estructurar las otras que nos encarcelan y reprimen." De "La memoria del Logos" Por Emilio Lledó.


Seguir este consejo de Lledó ha tenido efecto especular. A algunos ya os conocía y disfrutaba de vuestro respeto y cariño, a otros os he conocido virtualmente. Gracias Barbebleue( http://cuestiondesensibilidad.blogspot.com/), Pilar ( http://mm-actualidad.blogspot.com/)y Josefina, (por orden de aparición), habeis sido un estímulo en lo intelectual y un motivo de gozo en lo personal, por la atención que me dispensasteis, la riqueza de vuestros comentarios y el espíritu alegre y prudente con que los habeis hecho. Y gracias al que inventó la red. ¿Qué diría Platón si levantara la cabeza? Feliz verano. Esdedesear

La voluntad de pronunciar ciertas palabras.


"Las dos aspiraciones fundamentales de la vida humana y por las que, tal vez, merezca que siga ésta fluyendo "entre el silencio de las esferas", son la inteligencia y el amor. Y ello es lo que motiva ese equilibrio que los griegos llamaron eudaimonía-felicidad-. Pero ambos términos han sufrido un deterioro tan creciente, y sus vetas se han cuarteado tanto en la costra de los social, que el mencionarlas arrastra inevitablemnte un regusto humanista y el aire de una consoladora y romántica utopía. Y sin embargo, el miedo a ciertas palabras, metido en las articulaciones de una sociedad deformada, ha de vencerse únicamente con la voluntad decidida de pronunciarlas y, por supuesto, con la de pensar y estructurar las otras que nos encarcelan y reprimen."

De La memoria del Logos". Por Emilio Lledó.

Como tantas generaciones a lo largo de la historia, la mía se movió también entre dos polos en sus usos y costumbres amorosas (inolvidable el libro de Carmen Martin Gaite, "Usos amorosos de la posguerra española"). Por una parte lo propio de la educación cristiana recibida, que incompatibilizaba pasión y matrimonio y que convertía al que cometía adulterio y a la propia adúltera, en personajes más interesantes, y por otra los penetrantes cantos de sirenas que suponían las ideas expuestas por Marcuse en "Eros y Civilización" que nos llegaban "a trancas y barrancas" pero con la fuerza que tiene todo lo que intenta acabar con las barreras de la hipocresía social. Ser una mujer liberada era "lo más". Al abrirse las compuertas de la represión, si acaso en lo físico, la fuerza del torrente nos arrastró y, al tiempo que limpiaba de ignominia el oscuro paisaje iba también disolviendo a su paso algo más que restricciones, destruyó los cimientos sólidos sobre los que fundar la pareja humana que, como en un nuevo paraíso terrenal tuvo que arreglárselas para encontrar la senda segura y así lo hicimos con mejor o peor fortuna.


Leer novela romántica estaba mal visto y de hacerlo, mejor ocultarlo. Eso me ocurrió con "Jane Eyre", su protagonista respondía a todos los tópicos que enardecían mi sensibilidad, la lucha entre el bien y el mal, la energía interior que proviene de la belleza del espíritu triunfando sobre los aspectos terrenales como corresponde al respeto por todos los códigos de valores victorianos. "Estaba en mi casa, que al fin pude encontrar. Al pronto me pareció una choza, una humilde casita con las paredes enjalbegadas y el piso de tierra. Por todo mobiliario poseía cuatro sillas pintadas, una mesa, un reloj, un armario, dos o tres fuentes y platos y un juego de té de loza de buena clase en la cocina. Y en el piso de arriba, una alcoba del mismo tamaño con una cama y una cómoda, pequeña; pero de sobra para guardar mis escasas ropas, que el cariño de mis generosas amigas me había proporcionado, y que consistían en un modesto ajuar de todas las prendas necesarias." Este modelo de autosuperación, desde la infancia desgarrada con los perversos familiares y la vida miserable en el orfanato de Lowood, que enamora a Edward Róchester, representante máximo de la fuerza varonil, de la posición social inalcanzable y de la más absoluta arrogancia, me conmovía hasta el extremo y se me presentaba como el modelo imposible, imposible al menos contárselo a nadie"Tengo que cuidar de mi misma; cuanto más solitaria, más aislada, más abandonada me vea, más he de respetarme. He de guardar las leyes dadas por Dios y sancionadas por los hombres; tengo que seguir lo que consideraba mis principios cuando estaba en mi sano juicio, no lo que se me ocurra ahora, que estoy loca. Leyes y principios no sólo han de guardarse mientras no exista tentación alguna, sino que es en los momentos de prueba y desaliento cuando el cuerpo y el alma se rebelan contra sus rigores, y entonces es cuando deben ser más inviolables e inviolados." ¡Guauu! Justo todo lo que había pasado de moda en los inicios de la revolución de los sexos y los ardores capitalistas. Cerrar página y olvidar lo que había sentido. Negar hasta morir.
Pero "a quien Freud se la dió,Freud se la bendiga", el tiempo da gusto a todos dice la sabiduría popular y hoy, curada de espantos, puedo contar sin sonrojarme que en esa otra cara de la conciencia que es el deseo, siempre quise parecerme a Jane Eyre. Y si estos modelos femeninos que os conté os sugieren burlonas consideraciones por sus perfiles harto vulgares y pelín cursilones, esperad a que os cuente los que pertenecen a mi otra mitad, es decir, los modelos masculinos de mis entretelas. ¿Y los vuestros, que tal? Esdedesear.