Un ojo que ve el sol y una mano que siente la tierra.

"El mundo es mi representación: esta verdad es aplicable a todo ser que vive y conoce, aunque solo al hombre le sea dado tener conciencia de ella; llegar a conocerla es poseer el sentido filosófico. Cuando el hombre conoce esta verdad estará para él claramente demostrado que no conoce un sol ni una tierra, y sí unicamente un ojo que ve el sol y una mano que siente el contacto de la tierra; que el mundo que le rodea no existe más que como una representación, esto es, en relación con otro ser; aquel que le percibe, o sea él mismo. Si hay alguna verdad a priori es esta, pues expresa la forma general de la experiencia, la más general de todas, incluídas la del tiempo, espacio y causalidad, puesto que la suponen."

De El mundo como voluntad y representación. Por Arthur Schopenhauer.



El sábado fui a ver el documental "Rivers and Tides", sobre la obra del escultor Andy Godsworthy, quizás algunos ya lo conozcais. ´¡Qué buen rato de plenitud de goce estético!
Y aunque merecería una entrada para él solito, si supiera yo decir
en este caso algo más que: ¡mmm! ¡guauuu! ¡Qué preciosidad! y otras simplezas por el estilo, quiero hablaros de algo, de las reflexiones que me inspiró un escueto diálogo entre el escultor y un observador que acertó a pasar por allí mientras creaba esta estructura que veis en la foto. (en el video que os señalo abajó lo podeis escuchar del original).



Contemplaba Andy Goldsworthy su recien terminada obra, construída como todas las suyas en la naturaleza, charlando con un paisano que acertó a pasar por allí. El paisano le contaba cómo en aquellos lugares él mismo había tenido distintas experiencias desde niño. Le dedicó también unas palabras alabando lo que veía. Y sin dejar de mirar un momento, le interrogó con la misma tranquilidad con que había conducido su anterior discurso.
- ¿Qué espera que suceda cuando le alcance la marea? ¿Espera que flote?


Le había estado observando mientras trabajaba, allí no había más estructura ni otro material que unos leños que iba recogiendo de los alrededores y entrecruzando al albur. Su amplia experiencia vital de lugareño podía ser suficiente para dar por sentado que aquello sería arrastrado por la marea y destruído en más o menos tiempo. Podía haberlo asegurado, advertirle con contundencia. Podía incluso bromear con su ingenuidad. Pero no, en su diálogo incluía generosamente la incertidumbre acerca de alguna posibilidad distinta que se albergase en la experiencia del "otro", ese otro con el que charlaba tan respetuosamente. A eso le llamo yo "objetividad". El mundo nos ofrece sus ríos y mareas universales sometidos a cambios regulares que se convierten en leyes para nosotros y aún así, la representación que individualmente nos hacemos de él es lo que constituye la verdadera experiencia, exclusivo producto de nuestras singulares percepciones y deducciones "si hay alguna verdad a priori es ésta, pues representa la forma más general de experiencia". En esto "como en todo lo demás". Comprenderlo y aceptarlo supongo que nos hace más libres. Quizás penseis que mezclo churras con merinas, pues si, creo que si. Me pondré a pensar como separarlas. Esdedesear

"...El menosprecio de esta verdad es la primera falta de Kant. En cambio, desde los primeros tiempos fue reconocida por los pensadores de la India, constituyendo el principio fundamental de la filosofía vedanta atribuida a Vyasa. ..." Así comienza Schopenhauer su gran obra.

http://www.youtube.com/watch?v=iBcdL8uO71E&feature=related