Episodios nacionales: En el autocar.

" mas inconstante que el Proteo de la fábula, se disfraza de mil maneras con una habilidad injuriosa, se acomoda a todo objeto que considera, cuando no puede llegar a su grandeza, lo baja, cuando no puede descender a su bajeza, lo eleva y así, engañándose a sí mismo, jamás tiene un conocimiento exacto de la verdad."

Padre Senault.
(Extraído de "Agustinismo y utilitarismo: La reversión ética del Amor sui". Por Serge Latouche.


Viajo en un autocar de linea nacional modelo supra. Los viajeros son en su mayoría jóvenes que dormitan durante la mayor parte del viaje, probablemente recuperando horas de sueño mejor empleadas. La radio en altavoz nos deleita con las melodías cuarentaprincipaleras, superándo el máximo volúmen de mis cascos en el hilo musical clásico que vomita valses sin parar. Una azafata minifalda en ristre y pañuelo atado estilo iberia, nos provee de aperitivos, prensa, bombones, en cómodos plazos que alterna con amenas, incluso eufóricas, conversaciones con el conductor a pierna cruzada, que en ocasiones nos historian sus vidas y en otras nos chismorrean a favor o en contra de compañeros, jefes y empresa en general, regándolo con miradas cómplices, furtivas o largas, según sea el trazado de la carretera, en linea con las últimas recomendaciones de la dirección general de tráfico, a propósito de las distracciones al volante. "Lo normá", no hay quien se oponga a esta demostración de camaradería y buen rollo, antes se paga con la vida.


En la fila que me precede, una mujer, de larga melena rubia, cuarentena de rompe y rasga, prorrumpe en sonoras carcajadas tronchantes con el visionado de la hilarante película protesta "Todos los hombres sois iguales", icono de las reivindicaciones no me acuerdo si machistas o feministas, perdón. Inicia una ronda de agotamiento de la batería de su móvil, a voz en cuello, sin cortarse un pelo, durante buena parte del trayecto:

-Victorrrrr!, que soy yo, Lauraaaa... que sí, que yo dije, le voy a llamar a victor.. je,je que dije..., ¿que tal?... no..., es que no veas quéeee fin de semana, es que se ha muerto el padre de Daniel, que si, que no te imaginas, es que pensaban que se había axfisiado y todo, que no veas que pasada... que el pobre de Daniel está hecho polvo, que si tenía que haber estado. más con él...... mmmm que sí, que tremendo... y que yo dije le voy a llamar a Victor, para ver que tal... Oye, y que te digo, que si tal que le llames a Daniel... que si no tienes su movil que te lo doy pero que le llames por la noche que ahora está trabajando... si, mira, su móvil es....Oye, a ver si nos vemos... Un besazo.


- Triniiiiiii! que soy yo, Lauraaaa, que dije, voy a llamar a Trini, guapa, que que tal? Pues yo no veas, guapa, que cómo voy a estaaaar , que no veas, que es que se ha muerto el padre de Daniel... que está hecho polvo y no veas qué fin de semana, es que pensaban que se había axfisiado y todo, que la guardia civil y todo, sabes... Lo peor lo de Marisa, es que no veas, con lo que nosotros hicimos por ella, con lo de su madre, que nos hemos pasado horas en el hospital, y ni una llamada, ni al funeral, ni nada, es que Diego estáaaaa, claro y ¿como no? es que hay que veeeer... y oye, no sé, pero si quieres llamarlo a Daniel, que te doy el movil...., pero que no lo llames hasta la noche, que es que está trabajando, si que hoy es el primer día, que a ver, qué quieres?. Oye, pues a ver si nos vemos ¿eh? Y yo a ti, chaoooo.


Isabel...cariñooo. Oye, que voy en el bus, y me dije voy a llamar a ver cómo está Isabel. Claro, lo que yo digo, ¿como vas a estar?, pues claro, es que ya dije, tiene que estar mal, pero ¡tranquila! tienes que estar tranquila, y no te aisles, no, tienes que salir, ya.... que no tienes ganas.... pues no puede ser tienes que salir, y no estar sola..... bueno pues que no puede ser que aunque quieras estar sola lo que tienes que hacer es salir.... que vaya tu hermano unos días contigo... no es que no puede ser que no quieras, tienes que animaaaarte. Y vente a pasar unos días con nosotros si te apetece. Tu hermano Daniel se ha ido a trabajar, él no quería, pero yo le dije: vete a trabajar, porque estarás mejor, es lo que tienes que hacer.... claro... pues, oye, que te vengas a pasar unos días.... y que te animes. Que ya te llamo, un besiiiiito.


- Chaaaaaaaro! Oye, que soy Lauraaaa, que sí, que dije que hace mucho que no sé nada de Charo y yo dije voy a llamarla a ver que tal.... Uyffff, pues yo no veas, qué fin de semana, que es que se ha muerto el padre de Daniel, si, fíjate cariño, no veas, es que fuéeeeee... lo que no está escritoooo, uff es que pensaban que se había axfisiado y eso, vino hasta la guardia civil, no veas. Y Daniel, hecho polvo, que pobre. Es que es mucho, que si tenía que haber estado más y tal... Y tu que tal, cariiiiiño? Tenemos que vernos ¿eh? Que sí, que es verdad, que hace mucho. Bueno, oye, y si quieres llama a Daniel, que al movil que te lo doy, o al fijo, tu verás, claro, ya se, pero llámalo por la noche que ahora está trabajando... Si, claro. Acabo de hablar con su hermana, no veas, ya sabes, pero hija que le vas a hacer, le dije que se viniera unos días con nosotros, ¡ya ves! pero hija, qué le vas a hacer, es que yo no soy como ella, no le tengo en cuenta.... claaaaro, es que yo no soy así, no me sale... que quieres, si yo fuera como ella... pues no veas... Oye, pues a ver cuándo nos vemos... Genial, pues si. Superbesaaaaazo.

No recuerdo el número exacto de llamadas a amigos para ponerles al tanto de los dramáticos acontecimientos y el consecuente ruego de que no olviden llamar a Daniel, que finalizaron con:

- Danieel, cariño, que cómo estás, ya..... bueno pues no importa, lo que tienes que hacer es preguntar si te pagan el desplazamiento, oye, que le dices, si al menos me pagaran el desplazamiento... claro, pero tu aguanta unos días, a ver, que no sabes, pero dile lo de los desplazamientos, vas y le dices, ¡oye es que no me da ni para el viaje!, claro.... oye, pues se lo dices y a ver, porque a lo mejor dejas ese y no te sale el otro. Claaaaro. Oye que he hablado con tu hermana... pues cómo va a estar.... que ya le he dicho que tiene que animarse y que se venga unos días con nosotros.... claro, yo ya la dije, ¡vente! y que se anime, claaaaro. Y oye, me han llamado un montón de gente, Victor, Trini, Charo,(largo etc) todos se enteraron y quieren llamarte, venga a pedirme el móvil y preguntarme que cómo estás. Si ya les dije que por la noche, que estabas trabajando. Un beeeeeeeso. Un beeeeeso.

(Es de suponer que Daniel, ante tal avalancha de condolencias habrá dormido tranquilo, por fin)

Nadie, salvo, me atrevo a pensar, pues no se me ocurre otra situación más reveladora, que aquel que acude a un psicoanalisis y se enfrenta sesión tras sesión a la cansina repetición monotemática de sus propias demandas, una y otra vez defraudadas por la impávida máscara del psicoanalista, sabe lo tremendamente aburrido que es nuestro "lenguaje interior", prácticamente dedicado en su mayor parte a argüir algun ejercicio de poder. La conquista de esa verdad es la única por la que merece la pena hacer un esfuerzo heroico. Ocultos detrás de la vanidad de la metáfora que creemos ser, pensamos que "cuela", que somos lo que aparentamos y engañando nos engañamos, construyendo finalmente una mentira que, como toda mentira, tiene un "tufo mortal", en palabras conradianas. Por eso es tan importante cultivar la metáfora que queremos ser, embellecerla hasta en los más sencillos hechos de nuestra vida cotidiana. Somos lo que pensamos, lo que decimos, digo una vez más, seamos un bello cuento de amor victoriano o un épico relato de aventuras, o una tragedia griega o sheakesperiana al más puro estilo, o pretenciosos blogueros como es mi caso, pero veraces, porque... corremos el riesgo de resultar así de patéticos ahora que nuestras privadas conversaciones se han vuelto no tan privadas. (en el móvil o en la red, claro está.)Esdedesear.