
Autor*Miguel Ángel Muñoz
Atardece que no es poco,
mi corazón hirviente,
sin color en mi mente,
ausente,
con sabor al fin a viernes,
aún entre los dientes,
lo siente, si me mientes.
Hoy mostró de nuevo el vuelo,
y volvimos a ser pacientes,
por poco tiempo del miedo,
del viento que su cuerpo marca,
del deseo, sincero del cielo,
cayendo gota a gota,
por su espalda hasta las nubes,
y de ahí hasta las charcas,
que bendita queda en mi pecho
hasta el día que la muerte,
pálida señora agreste,
hasta mi cama llegue,
me llame por tu nombre
y la guarde con recelo,
de saber que es lo mas cierto,
se quiere, ser en vida, lo quiero,
ser siempre, tu presente.