Emboscarse en otoño.

Al otro lado de las montañas

Alguien dijo que había ciudades para soñar
al otro lado de las montañas.
No dijo si estaban suspendidas en el aire,
sumergidas en las lagunas,
o perdidas en el corazón del bosque.
Los que allá fueron nada encontraron,
ni altas torres ni jardines
ni mujeres hilando en el atrio,
ni un muchacho aprendiendo a tocar la gaita.
Solo yo traje algo para seguir soñando
algo visto y no visto en la niebla de la mañana,
algo que era una flor o un mirlo de oro
o un pie descalzo de mujer,
un sueño de otro que se ponía a dormir en mi,
echado en mis ojos,
pidiéndome que lo soñase mas allá de las montañas,
donde no hay ciudades para soñar.
Y ahora mi oficio es soñar,
y no se si soy yo quien sueño,
o es que por mi sueñan campos,
miradas azules,
palomas que juegan con un niño,
o una mano pequeña y fría que me acaricia el corazón.

Alvaro Cunqueiro

"El lugar de la libertad es completamente distinto de la mera oposición; también es diferente del lugar que puede brindar la huida. «Bosque» es el nombre que le hemos dado al lugar de la libertad. En él hay otros medios, unos medios diferentes del «no» que uno escribe en el círculo predispuesto para ello en la papeleta del voto. Desde luego, hemos visto que, dada la situación a que se ha llegado, tal vez tan sólo uno entre cien esté capacitado para "irse al bosque", para la "emboscadura". Pero de lo que aquí se trata no es de relaciones numéricas. Cuando se incendia un teatro basta una cabeza clara, basta un corazón enérgico para contener el pánico de millares de personas que amenazan con aplastarse unas a otras y que se entregan a una angustia propia de animales...
Dos son, pues, las cualidades que se presuponen en el emboscado. En primer lugar, el emboscado no le permite a ningún poder, por muy superior que sea, que le prescriba la ley; ni por la propaganda ni por la violencia. Y, en segundo lugar, el emboscado se propone defenderse. Para ello no sólo utiliza los medios y las ideas propias de su tiempo, sino que a la vez mantiene abierto el acceso a unos poderes que son superiores a los temporales y que nunca podrán ser diluidos en puro movimiento. Uno puede correr el riesgo de la emboscadura, puede osar emboscarse, si se cumplen esas dos condiciones.

De "La Emboscadura" Por Ernst Jünger

Hay una relación estética entre el otoño y el bosque. Y hay también una relación ética, nos evocan sensaciones de recogimiento y de sosiego. Buscamos con nuestras caminatas recuperar la calma perdida, los sueños, que "por mi sueñen campos" como dice el bello poema de Cunqueiro. Hay otra forma de irnos al bosque en el otoño de nuestras vidas, ésta para recuperar espacios de libertad que de una u otra forma se nos arrebatan.Así me ha enseñado Jünger, un concepto de emboscado espiritual análogo. Os propongo la lectura de estos dos libros que se exponen en los enlaces, una suerte haberlos encontrado: "La Emboscadura" de Ernst Júnger y "La Estética de lo originario en Júnger"de José Luis Molinuevo. Son dos análisis estupendos para construir "el propio bosque" en nuestras cabezas porque el bosque cuanto más cerca mejor. Esdedesear.



http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Junger_Ernst/Junger_DerWaldgaenger_01.htm#R2

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