¡Soberbia de mi!

"El ser humano se torna Yo en el Tu. El interlocutor viene y desaparece, los acontecimientos relacionales se condensan y se disipan, y en este cambio, la conciencia del compañero que permanece idéntico, la conciencia del Yo, se ilumina y crece cada vez más... En fin, con toda la seriedad de la Verdad, escucha ésto: Sin el Ello no puede vivir el ser humano pero quien vive solamente con el Ello no es ser humano".
De "Yo y tu" por Martín Buber.

Me creía muy ingeniosa con determinado chascarrillo que, por otra parte mi familia y amigos me reían mucho. Es este, que algunos ya conoceis sobradamente, igual que la anécdota que le acompaña: Con frecuencia , sobre todo en verano, por la belleza de
la puesta del sol y mil cosas más que ya podeis imaginar, frecuento una zona de rocas al borde del mar, desde la que contemplo tanto la bahía como la extensa masa de agua del océano Atlántico. Me pavoneo de haber comprado toda la propiedad que se extiende ante mis ojos, hasta Nueva York en linea recta, cuyo uso y disfrute permito a todos los que lo deseen. Puedo mirar el maravilloso paisaje, respirar el embriagador aire del mar, tirarme en plancha o permanecer absorta, sin gastar un duro, esos duros que han desenbolsado los propietarios de los cotizadísimos edificios de Paseo Marítimo, y sin sufrir los quebraderos de cabeza de notarías, comunidades de propietarios, vecinos, botellones y demás familia.
Cierto dia, excursioneando por la belleza de los Cañones del Sil, en uno de sus miradores, un caballero se dedicaba a la misma con-
templación, cómodamente instalado en una tumbona junto a una caravana que había colocado en el solitario paraje. Como tenía dudas sobre la ruta me acerqué a preguntarle y mantuvimos esta conversación:
-Buenas tardes, da envidia verte, qué buen acomodo encontraste¡
-Buenas, pues si quieres te invito, todo esto que ves es mío hasta donde te alcance la vista. Pasa y disfruta.
Sorprendida por la coincidencia quise devolverle la broma, que yo hasta entonces,¡soberbia de mi! creía solo mía: Pues yo, en Coruña, soy propietaria a mi vez de unos lugares preciosos, te invito cuando quieras, dije entre risas.
- Ah¡ si? Donde? Porque yo allí también tengo propiedades....
Yo y Tu hablaron sobre su común patrimonio regocijándose en Ello. Esdedesear